Ceremonia de reconocimiento a la trayectoria de los magistrados Juan Manuel Jiménez Illescas y Nora Elizabeth Urby Genel
Integrantes de la Junta de Gobierno y Administración, magistradas y magistrados de Salas Regionales, personal jurisdiccional y administrativo del Tribunal Federal de Justicia Administrativa (TFJA), ministros y magistrado en retiro, familiares y amigos, se reunieron en ese H. Tribunal para rendir homenaje a la excelente trayectoria y al gran trabajo como juzgadores de los magistrados Juan Manuel Jiménez Illescas, quien fue presidente del TFJA, y Nora Elizabeth Urby Genel.
El motivo que hoy nos reúne es para rendir un merecido reconocimiento a dos personas ejemplares que terminan un ciclo en este Tribunal, pero dejan una profunda huella en la impartición de justicia administrativa en México. Personas cuya dedicación y pasión por la imparcialidad y la equidad quedó demostrada durante más de tres décadas de servicio incansable. Magistrados cuyo legado perdurará en los anales de este Tribunal, dijo el magistrado presidente Guillermo Valls Esponda.
El público reunido en el auditorio Antonio Carrillo Flores de ese Tribunal, mostró con aplausos su afecto y rindió honores a los magistrados que entregaron parte de su vida al servicio público y a la justicia administrativa en beneficio de los justiciables de México.
Toda institución tiene su fortaleza en las personas que la integran, pero una institución con la naturaleza del Tribunal Federal de Justicia Administrativa, que es un órgano del Estado mexicano que imparte justicia con plena autonomía, honestidad, imparcialidad y eficiencia, en servicio de la sociedad; que es un organismo independiente que garantiza el acceso total a la equidad y cuyos fallos son colegiados para velar en todo momento por los intereses de la ciudadanía, requiere de personal preparado, íntegro, imparcial, sabio y justo; con altura de miras, que en todo momento demuestre un profundo respeto por la ley y un compromiso inquebrantable con la justicia. Es satisfactorio compartirles que los magistrados homenajeados el día de hoy demostraron, con su trabajo, que esas cualidades han estado presentes en cada una de sus decisiones.
La labor del juzgador no es una tarea sencilla, va más allá del conocimiento jurídico para la interpretación y aplicación de la ley; un buen juzgador debe desarrollar la perspicacia y compaginarla con una gran capacidad de análisis para tener presente todas las vertientes de los asuntos que le han sido encomendados. Pero si a ello se agrega la calidad humana para empatizar con las personas que comparecen ante él y poder comprender sus circunstancias, se pueden tomar decisiones justas. Tanto la magistrada Urby Genel, como el magistrado Jiménez Illescas han mostrado una sensibilidad excepcional al tratar con las partes, han marcado precedente en los asuntos de los que han participado, pero sobre todo, han sido un gran ejemplo de sabiduría y rectitud para muchos de los que aquí nos encontramos reunidos, su sencillez ha dejado una marca indeleble en quienes hemos sido compañeros de trabajo y todos quienes se han acercado a ellos, porque su trato digno y con respeto habla de su cordialidad afable, señaló el magistrado presidente Valls Esponda.
EMOTIVAS PALABRAS DEL MAGISTRADO JIMÉNEZ ILLESCAS
El prestigiado magistrado Manuel Jiménez Illescas agradeció con la mano en el corazón la presencia de tan distinguidas personalidades, juristas y amigos, a quienes les externó que “sin duda alguna como un integrante más de esta casa de la legalidad considero que es una distinción y me siento honrado con su asistencia”, afirmó.
He tenido el privilegio de formar parte de este tribunal desde 2006, y de comandarlo de 2011 a 2013. Más allá del reto y de la responsabilidad que eso significa, servir al país desde esta curia, ha representado para mí un inestimable honor y una de las experiencias más enriquecedoras de mi vida.
No solo hablo en el plano profesional, sino también en lo personal. Porque después de todos estos años, puedo decirles que lo que más recibí de todos y cada uno de ustedes, fue empatía, solidaridad, consideración y tolerancia:
- Empatía, porque con un sentido de unidad y de camaradería insuperable, acompañaron mi tránsito de magistrado de Sala Regional a magistrado de Sala Superior. 13
- Solidaridad, porque cada uno de ustedes estuvo siempre dispuesto a aportar su talento y su liderazgo, para participar en los grandes proyectos del Tribunal que desde mi Presidencia me tocó impulsar.
- Consideración, porque con su conocimiento y su ánimo por el sano intercambio de ideas y posturas, me ayudaron a afinar mi criterio jurídico, en cada proyecto de sentencia discutido aquí.
- Tolerancia, porque estimo que una de las virtudes de un buen juez es la capacidad de respetar las opiniones, ideas o actitudes de los integrantes de un órgano colegiado como este, aunque no coincidan con las propias.
Precisamente por ello, más allá de la función estrictamente jurisdiccional, más allá de lo que significa ser un servidor público, lo que más aprendí de ustedes, y que me llevo en mayor estima, es a vivir una vida de servicio, una vida de empatía, de solidaridad, de consideración y de tolerancia hacia los demás.
Se trata de cuatro actitudes que debemos practicar para realmente ser buenas personas, y lo digo porque siempre he pensado y expresado que, ser una buena persona es un requisito indispensable para ser un buen juzgador.
Agradeció y reconoció la labor de su staff de trabajo, a todos los servidores públicos del Tribunal, a los magistrados de Sala Superior, de Salas Regionales, a los justiciables y usuarios del Tribunal, y de manera emotiva también agradeció a su distinguida familia:
Continuando con mis agradecimientos, me quiero referir a las personas que son mi sustento y mi inspiración, a quienes amo y me corresponden de igual manera, me refiero a mi amada familia: mi esposa Carmelita, mis hijos Juan Manuel y Juan José y ahora también a mis hijas Nury y Angie.
QUEDA EL TRIBUNAL EN BUENAS MANOS
Me voy, con el orgullo de haber servido a mi país en la solución de sus conflictos, y con la certeza de que este Tribunal por el que tanto di, se queda en buenas manos; manos comprometidas, ansiosas de servir a la sociedad mexicana; manos patriotas que están dispuestas a anteponer el interés colectivo por encima del bienestar individual. 30
Son las manos de todas y todos ustedes, manos que están lideradas por un hombre con altura de miras, nuestro presidente el Mag. Don Guillermo Valls Esponda.
