Análisis y opinión

La ejecución de la estrategia es la tarea principal del líder de la empresa*

Las estrategias fracasan debido a que no son ejecutadas. Las cosas, que se supone que deberían ocurrir, no ocurren, ya sea porque las empresas no son capaces de hacer que sucedan o los líderes subestiman los retos que sus compañías encaran en el ambiente en el que se desenvuelven

Muchas veces una idea no muy buena, pero realizada con tenacidad, da buenos resultados; pero la más hermosa de las concepciones sin ejecución no lleva a ningún resultado.

Juan Domingo Perón

 INTRODUCCIÓN

La mayoría de los expertos en liderazgo coinciden en que una de las cualidades fundamentales de un líder es la estrategia; sin embargo, esta característica sola no es suficiente, sino que tiene que ir acompañada de otro aspecto que, a mi juicio, es más importante y a menudo se olvida o se subvalora: La capacidad de ejecución.

La ejecución es el gran tema que se descuida, se deja pasar por alto y no se discute en el actual mundo de los negocios. Esta no es solamente táctica; es una disciplina y un sistema, que debe ser construida como parte de la estrategia, de sus metas y su cultura.

ANÁLISIS

El líder con estrategia y que logra ejecutarla, aun cuando tarde años en tomar conciencia de la trascendencia de esto para efectos de dar resultados, sabe que la ejecución es una de las capacidades más significativas que cualquier persona debe desarrollar, especialmente aquellas que están a cargo de empresas, sin importar su tamaño, giro o tipo. Recordemos que ninguna estrategia rinde sus frutos a menos que sea convertida en acciones.

En una cultura de ejecución, los líderes diseñan estrategias que constituyen mapas de caminos, en vez de senderos rígidos, contenidos en libros de planificación. Trazan las estrategias para ser llevadas a cabo, pero gran parte de ellas se quedan en el papel.

La ejecución marca el paso de todo lo demás. Permite analizar lo que está ocurriendo en el ámbito tecnológico y de los negocios. Es el mejor medio para lograr los cambios y la transición, por encima de la cultura y de la filosofía. Las organizaciones orientadas a la ejecución cambian más rápidamente que las demás porque están más cerca de la situación real.

La mejoría de la ejecución es algo sencillo y directo, para ello el líder debe estar comprometido profundamente con su organización. Tiene que convocar a todos los miembros de la empresa para conseguir que todo el know-how disponible se ponga a las órdenes de quienes llevarán a cabo la estrategia. Este know-how será una ventaja competitiva.

Los líderes están comenzando a entender la conexión entre la ejecución y los resultados. El cambio en la ejecución de los planes permite acelerar la toma de decisiones y hacer más eficiente la empresa familiar.

Uno de los libros que más me han enseñado sobre liderazgo y que trata de forma absolutamente magistral este tema se llama El arte de la ejecución en los negocios de Ram Charan y Larry Bossidy, mismo que leí como parte de un programa de desarrollo empresarial y por recomendación expresa de mi mentor.

Líderes han existido muchos y existirán más, buenos y malos, quienes han trascendido o trascenderán por su aportación a la humanidad, a la ciencia o la tecnología, y también aquellos que son y serán recordados por sus atrocidades o fracasos.

Todo líder debe ser capaz de influir y dirigir a las personas; en la medida o la forma en la que lo logre, estará acercándose a cumplir sus objetivos y metas. Se puede llegar a ser líder por asignación, posición o por méritos propios, pero si no se está convencido de serlo y no se es capaz de adquirir esta convicción, la influencia que pueda ejercer sobre los colaboradores poco a poco irá disminuyendo y estará cada vez más cerca del fracaso que del éxito.

Comúnmente, en las empresas familiares o las Pequeñas y Medianas Empresas (Pymes) nos encontramos con que el líder no fue elegido, sino que aquel que encabeza la organización es quien la ideó y, por tanto, guía también el proyecto. En estos casos, debe tener la capacidad suficiente para convencer a quienes integran su compañía de que confíen en él y en el proyecto para lograr apoyarse en ellos y ejecutar la estrategia con el fin de alcanzar  la visión y los objetivos.

La forma en que he logrado entender qué es un líder no se basa en definiciones que se encuentran en libros, conferencias o artículos, sino en la convivencia que me ha tocado experimentar a lo largo de mi carrera profesional con verdaderos líderes, quienes han sido capaces de hacerme sentir comprometido con el trabajo que debo hacer y con la capacidad de dirigirme para ejecutarlo de manera eficiente y efectiva; siendo esto la principal pretensión que deben perseguir los líderes de empresas familiares.

Como ya lo mencioné, la ejecución es uno de los elementos que, si no tienen los líderes, no pueden esperar que trascienda a sus colaboradores. Por ejemplo, en el caso de empresas familiares con las que he trabajado, los líderes han sido capaces de despertar en mí un sentimiento de pertenencia y orgullo por trabajar en sus compañías y a su lado, así como para conocer su manera de ejecutar los acuerdos o decisiones que toman, siendo esto un ejemplo de excelentes líderes. Es decir, el líder no solo debe saber ejecutar, sino que requiere, además, de ejecutores, mismos que encontrará a partir de la inspiración que represente para la gente que integra su empresa.

De una forma extraña o inconsciente, siempre estaba motivado a hacer mi trabajo y a realizarlo cada vez mejor porque sabía y tenía presente que las recompensas y reconocimientos llegaban solos, pero lo más valioso era que nuestro esfuerzo continuamente tenía impacto en la empresa, lo cual me hacía sentir útil e importante todo el tiempo.

Muy relevante y de lo que más valoro de un líder es su capacidad de ejecución para llevarnos por el camino correcto; la forma en la que evalúa las mejores alternativas para la empresa, que sea el primero en dar la cara; así como que, cuando se presentan problemas con cualquier miembro del equipo, sea capaz de responsabilizarse por todos y cada uno de sus integrantes.

Así, el líder asume muchas veces el crédito principal del trabajo exitoso, pero no deja de reconocer a todos los involucrados y, en sentido opuesto, acepta también plena responsabilidad cuando las cosas no salen como deberían. Por tanto, el líder de la empresa familiar reconoce que para ejecutar una idea necesita de los miembros del equipo, a los que debe inspirar para que le ayuden a llevar a cabo la estrategia y materializar su visión con el fin de lograr los objetivos tal como los planeó. De lo contrario, el trabajo final seguramente será insatisfactorio y no como lo visualizó el líder y aprobó el consejo de administración.

Pero, ¿por qué la habilidad para ejecutar la estrategia es importante? Porque sin la ejecución adecuada el plan fácilmente puede fracasar, inclusive llevar a la pérdida de la empresa y, en ocasiones, de personas valiosas para la misma, así como a decisiones erróneas debido a que nunca se realizaron o se tomaron las medidas apropiadas para evitar contingencias y corregir el rumbo.

COMENTARIO FINAL

Un líder visionario debe tener la capacidad de planear la estrategia, de hacer seguimiento y de ejecutar eficazmente. El liderazgo que no logra resultados no es liderazgo y, sin duda, para conseguir esto no existe mejor herramienta que la habilidad de ejecución. Cierro con esta frase:

La verdad es que casi cualquier persona puede gobernar el barco, pero se necesita de un líder que trace la ruta y, lo más importante, de quienes ejecuten los pasos o acciones para llegar al destino. 

 *Artículo publicado en la Sección “Enfoque Ejecutivo” de la revista Puntos Finos, No. 337, agosto 2023.

 Autor: Mtro. y C.P.C. José Mario Rizo Rivas, Socio Director de la Oficina de Guadalajara de Salles, Sainz-Grant Thornton

 

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